Liturgia


Liturgia
Para ser un testigo ante el mundo que nos rodea, inculquemos a nuestros hijos y alumnos, sin importar la edad, el deseo de ser santos; promovamos su devoción para que estos, tomados como ejemplos y guías nos ayuden en el camino de la imitación de Cristo.

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La devoción a los santos en México

Cerca de mi casa había una iglesia donde se veneraba una santa que se decía, era muy milagrosa. Un impresionante número de personas que acudían diariamente rezarle y prenderle veladoras pidiéndole algún milagro. Aunque yo era muy pequeña, siete u ocho años, recuerdo bien que un día llegar a misa, me sorprendió ver vacío el lugar donde estaba la santa.

En el sermón el sacerdote explicó que se había retirado dicha imagen, debido a que la gente, por devoción a la santa, no prestaba atención al Sagrario.

Al hablar de la inculturación y de religión, un tema que sale es la devoción de los santos.

Realmente, está es grande en México, gracias a esos maravillosos hombres que fueron los primeros sacerdotes que llegaron a evangelizar.

Ellos, además de aprender las lenguas de los nativos de estas tierras, respetando su cultura, les enseñaron la palabra de Dios y la veneración de los santos, poniéndolos como ejemplo de vida a seguir y también como protectores y mediadores ante el señor.

Para que el nombre recibido en el bautismo estuviera un significado, era necesario que los nuevos cristianos supieran la vida del Santo al cual debían imitar en sus virtudes, por esa razón, las vidas ejemplares de estos, fueron una herramienta importante en la catequesis.

Tan aceptada fue esta  devoción que podemos verlo cuando viajando por el país, encontramos poblados con nombres de santos, acompañados de palabras indígenas, por ejemplo: San Pedro Tlaquepaque, en Jalisco; San Felipe Orzatlán, en Hidalgo; San Vicente Tancuayalan, en San Luis Potosí; y cómo estás, muchas más en casi cada estado de la República.

Incluso, hay ciudades que aunque no lleven el nombre del santo, si tienen su patrono, como Aguascalientes, que escogió a San Marcos como su protector. Generalmente las fiestas patronales son las celebraciones más importantes y esperadas por los habitantes de estos lugares.

Por desgracia, la práctica de esta devoción ha caído en extremos indebidos,  a causa del desconocimiento sobre las verdaderas enseñanzas de la iglesia. Es notoria para todos, la popularidad que tienen algunos santos como San Judas Tadeo, San Martín de Porres, Santa Rita de casia , San Antonio, no sólo en nuestra patria, si no en muchos países del mundo. Pero, a veces se nos olvida que sólo son embajadores nuestros ante Dios y que es él quien hace los milagros concediéndolos a través de los santos, a los cuales pedimos su ayuda.

Que a Dios  le agrade la intercesión  lo demuestra el ejemplo de la oración de Onías  a favor  de Heliodoro. O cuando Jesús se inclina a conceder la gracia al centurión por la intercesión de los mensajeros, y como el resucita a Lázaro al ver las lágrimas de Marta y de María.

No debemos olvidar que los principal de la devoción a los santos ha de ser el afán de imitarlos. Por eso, la iglesia define muy bien el tipo de culto que se les debe a dar a ellos, a la virgen María y adiós, en primer lugar.

El culto a los santos se llama "dulía", el de la Virgen es "hiperdulia" y el que le debemos a Dios y sólo a Él, es "latría". Es decir, que la Virgen y a los santos se les venera y a Dios se le adora.

Invocar a los santos no es privar a Dios del honor  solo a Él debido, sino aprovechar su intercesión, pues sabemos por la fe, que ellos están ya más cercanos al señor. Por eso, la iglesia se preocupa por presentarnos a los santos como ejemplo de que se puede llegar al creador sin que la edad, sexo, nivel social o económico, nacionalidad o estado civil, sean un obstáculo.

Es sumamente importante saber lo que el magisterio de la iglesia nos dice acerca de los santos para así fomentar su devoción sin caer en extremos equivocados.

Para la Iglesia Católica el único que es Santo es Dios, pero se llama santos aquellas personas que durante su vida terrena y en su propio estado de vida, lograron la bienaventuranza; es decir, la imitación de Cristo en grado heroico.

En la historia presentada por el magisterio de la Iglesia, se nos dice que los primeros siglos se consideraban santos por antonomasia (por excelencia) a los mártires; luego, al disminuir las persecuciones, después del siglo IV, se eligió como modelo a los monjes. Fue después de la edad media que se empezó a dar importancia lograr la santidad dentro del propio estado de vida.

Todos estamos llamados a la santidad: Sed perfectos como el Padre..... A todos concede Dios los medios de santificación. Estos son: la oración, la recepción de los sacramentos y la práctica de las virtudes.

Por lo tanto, ser santos realizar el máximo nuestros recursos personales, con la ayuda de la gracia, para identificarlos lo más posible con el tipo de hombre perfecto que es Cristo.

Recuerdo que después del Concilio Vaticano II se empezaron a construir iglesias sin imágenes de santos, creo que aquí se cayó en otro extremo, pues probablemente se pensó que de ese modo así  no habría problemas como mi anterior relato. Lamentablemente esto hizo que se dejaran de promover las vidas de los santos y hasta en los nombres de los niños vemos más la influencia de otras culturas.

Para ser un testigo ante el mundo que nos rodea, inculquemos a nuestros hijos y alumnos, sin  importar la edad, el deseo de ser santos; promovamos su devoción para que estos, tomados como ejemplos y guías nos ayuden en el camino de la imitación de Cristo.

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