Vio y creyó
Vio y creyó
Juan 20, 2-9, Fiesta de San Juan Apóstol, Ciclo A,
Oración preparatoria
Quisiera hoy, Jesús, estar contigo… no importa si no te hablo, ni me dices nada. Al final, simplemente quiero estar contigo. Dame la gracia de ponerme en tu presencia. Ahí, junto a Ti, sin hablar, sin decir nada… sólo estar.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 20, 2-9
El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicar un tiempo en el día para hacer una lista de los momentos en mi vida en que he «visto y creído». Aquellos momentos grandes y sencillos en que Jesús se ha hecho presente en la propia historia. Escribirlos en una hoja que se pueda guardar en un lugar personal para algún tiempo de duda, sequedad… recordar con el testigo de la vida misma que Dios siempre está.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
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