Claves para evitar ser un mal jefe

Ser un buen jefe no es una cuestión sencilla. Pero, siendo sinceros, a todo el mundo le gustaría serlo. Los buenos jefes disfrutan del respeto de sus subordinados, de la admiración de sus superiores y  de la envidia de sus iguales.

Ser un mal jefe no tiene por qué ser sinónimo de ser mala persona. Simplemente suele ser debido a una falta de habilidades y talento para gestionar de forma óptima la relación con las personas y la forma de organizar su trabajo.

Los siguientes consejos le abrirán los ojos sobre qué tipo de cuestiones tiene que tener en cuenta para evitar ser un mal jefe.

Sea un comunicador proactivo: Tome el control y dé las instrucciones precisas en el momento preciso. No espere que la gente dé por sabido o entendido lo que debe hacer o conocer. Tome las riendas para gestionar la información y asegúrese de que todo el mundo tiene un cometido claro.

 Haga lo que dice que va a hacer: No amenace, no hable por hablar, no diga cosas que sabe que no puede cumplir, no prometa cosas inviables. Haga lo que dice que va a hacer. No se sobre-comprometa.

Sea transparente: La confianza es clave para una buena gestión del equipo de trabajo. Si el equipo confía en su jefe será coherente y buscará el bien de la empresa.

Cumpla con las expectativas: Sus subordinados esperan mucho de usted. Exijase a usted mismo en la misma medida que les exija a ellos, dé ejemplo y demuestre que es capaz de superarse día a día.

Descubra sus fortalezas y debilidades: Si usted comprende cuáles son sus fortalezas y debilidades personas podrá trabajar sobre ellas para sacar provecho de lo bueno y mejorar en lo que encuentre más dificultades. Asuma que no es perfecto y que puede hacer mucho más apostando por su desarrollo personal.

No abuse de las reuniones: Las reuniones pueden ser un verdadero martirio para sus subordinados. No convoque más que las necesarias y con el tiempo suficiente como para dar tiempo a los demás a prepararse. Además, no olvide prepararlas concienzudamente y ser lo más breve y conciso posible.

Proporcione soluciones: Ante cualquier problema, el jefe debe ser capaz de gestionar la situación y ofrecer soluciones o, al menos, propuestas viables para ello. Busque siempre la gestión pacífica de los conflictos y muéstrese dialogante y justo.

Cultive el buen humor: El buen humor es contagioso y ayuda a crear un ambiente agradable de trabajo, donde pueda fluir la confianza, la creatividad y la cooperación entre compañeros. Si usted tiene un mal día no es culpa de nadie. Mostrarse malhumorado solo empeorará los problemas, acrecentará los conflictos y le hará ganarse una fama muy negativa que no beneficiará su carrera ni su marca personal.

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